16 mayo, 2013

La gran cagada

Habría que remontarse a los gobiernos de Aznar y de Zapatero para explicar con detalle como los dirigentes de un país la pueden cagar de manera tan estrepitosa, pero no vale la pena. Por mucho que nos intenten explicar lo contrario, ya todos lo sabemos. Únicamente los políticos profesionales no lo ven. Ellos siguen a lo suyo. Tan a lo suyo que al actual presidente (Mariano el cobarde) le parece muy bueno el desempeño de su equipo. Pobre presidente. Padece, además, de ceguera y sordera agudas.

El paro y la pobreza crecientes y la riqueza y los derechos menguantes son los únicos resultados obtenidos por este singular equipo cuyo único valor consiste en tirar día a día de las ocurrencias de un puñado de niñatos asesores y dejar al personal boquiabierto por la caradura de los miembros del gobierno. El gran de Guindos nos decía hace unas horas que el eurogrupo estaba muy satisfecho con los sacrificios hechos por España. Para demostrar esta satisfacción nos van a meter un puro de mucho cuidado por tener un churro en lugar de un cuadro macroeconómico (igual que Eslovenia, manda güevos).

Me he prometido a mi mismo no proferir insultos, pero es difícil, cuando uno se refiere a la ministra de trabajo, al de educación o al de justicia. Pero voy a contenerme. Báñez preparó una reforma laboral en la que el despido más barato iba a hacer que se crease empleo. ¿Alguien me puede decir si se puede uno referir a esta ministra sin decir de ella como mínimo que es tonta?  Lo que hizo este engendro en realidad fue vender a millones trabajadores para favorecer a las clases altas. Así de sencillo. Y lo pagará... Se lo harán pagar, seguro.

Qué decir de Wert, cuya reforma educativa tomó como bandera la supresión de Ciudadanía, la prevalencia de Religión, y el recorte en investigación científica y técnica. ¿Alguien puede decir el nombre de este ministro sin anteponer algún apelativo? De acuerdo que a la educación le hace falta una reforma en profundidad. El sistema educativo es una mierda y los resultados decepcionantes. Pero qué pinta la religión y toda esa basura en este asunto. La religión se enseña en casa y se acabó. Y todo colegio con ideario católico no se subvenciona. En España pagan impuestos todos los ciudadanos independientemente de su religión. Qué broma es esta... De I + D para qué hablar. Un físico joven (el mejor de Europa) se queda sin beca Ramón y Cajal por falta de "liderazgo científico"; y una joven investigadora víctima de un ERE se larga a USA y forma parte del equipo de clonación de células madre. Sean mis pocos o muchos lectores quienes otorguen calificativos a este especimen.

Gallardón el Pío deja de hacer lo importante para centrarse en la lucha "por la vida". Su caballo de batalla es el aborto, que como todo el mundo sabe es el principal asunto de discusión y la primera preocupación de la sociedad. Esta especie de santón hace dejación de sus obligaciones solo para satisfacer los delirios celestiales de cuatro curas que no hacen otra cosa que vivir a expensas del estado y que pasaron los muy fariseos por que se abortara de manera clandestina... Claro es como cuando un monaguillo te la pela; mientras no se sepa no pasa nada. Curiosa moral la de estos pájaros. No puedo comprender como los sucesivos gobiernos de todo tipo no les pusieron en su sitio. Pero es lo que hay.

Las clases dirigentes estén repletas de miembros de una "élite" que solo piensa en sus intereses y tan inútiles que uno piensa a veces que, si las cosas se tuercen de verdad, muchos de ellos van a aparecer colgados de los faroles. El pesimismo se apodera de la sociedad. El último sondeo electoral en Madrid da un 45% de abstención, pero aumentará. Aumentará porque esta gran cagada no hace otra cosa que crecer ante nuestros ojos estupefactos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Al físico focense (Foz, Lugo) que se le negó la beca Ramón y Cajal se la proporcionaría para que descubriese un fenómeno de la física que nos permitiese colgar a la Sra. Báñez, al Sr. Wert, al Sr. Gallardón, al Presidente Rajoy y a los miembros de la Conferencia episcopal de espléndidos faroles que emitiesen luz intensa y de bajo consumo (bueno si el gasto energético que precisen lo obtienen de la dispersión atómica del cuerpo de esas personas hasta su desintegración, tampoco me importaría). Madre mía que malo me estoy volviendo, pero es que no me indignan, me provocan náuseas. A. Sierra