21 agosto, 2013

Partidos: las juventudes...

Me pregunto cuál es el sentido de Las Juventudes de los partidos (los del PP las llaman Nuevas Generaciones, que es más fino). Por qué esa fijación por modelar la mente, todavía blanda, de los chavales. Por qué ese interés en crear esa especie de monjes ideológicos. ¿Acaso los partidos deben estar formados por personas de mentalidad inquebrantable en lugar de por personas permeables? Parece que sí.

El modelo se me asemeja al empleado por la Iglesia Católica, o por otras confesiones. Novicios, hay que formar novicios para tener un semillero que garantice el futuro. La Iglesia es una empresa que lleva funcionando más de dos mil años y algo sabe de este asunto. Y debería haberlo patentado, porque el modelo del noviciado fue imitado por todo bicho viviente en la política: Juventudes Hitlerianas, Juventudes Comunistas, La Oje, Juventudes Socialistas,... Nuevas Generaciones...

En fin que, mire usted por dónde, un sistema inventado por los grandes enemigos de la libertad de pensamiento sirve como modelo a los paladines de la democracia. Es un contrasentido, ¿no? En lugar de nutrirme de gente valiosa de la sociedad que quiera mejorarla según unos ideales, no, me alimento de una especie de piscifactoría en la que fabrico alevines que no van a preguntar ni a ser críticos, que van a decir amén a todo y que tendrán como ídolo al partido. Estupendo panorama.

Es urgente meterle mano a este problema. La sociedad civil empieza a estar harta de los partidos y de los sindicatos tal como están concebidos. Su metodología y estructura decimonónica confronta con un mundo sin fronteras, sin jerarquías y sin necesidad de intermediarios ideológicos para la difusión de inquietudes ni para la organización social. Los partidos y sindicatos deben seducir a la gente, hacerse interesantes para las personas, atractivos. Su modelo está descatalogado.

Basta ver a los novicios del PP, muchos e ellos acogidos en Nuevas Generaciones por su "entusiasmo patriótico". Quien levanta la mano como un nazi es un nazi, y un tipo así puede, y de hecho lo hace, acabar en una lista electoral y en puestos de responsabilidad. Otro día bucearé en otras juventudes, de las llamadas "radicales" que alimentan a los partidos más a la izquierda, pero hoy no toca.

Los noviciados sobran en todas las organizaciones políticas. Las "juventudes" son fábricas de personas con pensamiento recluso. Sin embargo lo del PP es más grave: los nazis piensan que no todos somos iguales, que se tienen diferentes derechos por raza, sexo o religión; que algunos deben ser exterminados... El PP es dueño de sus actos y deberá responsabilizarse de las consecuencias.

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