27 mayo, 2014

Aquí estamos. ¿Y ahora?

Pues nada. Ahora nada. Al menos en lo que se refiere a Europa. Se configuró un parlamento en el que los grupos al centro derecha y al centro izquierda mantienen el control. Un parlamento en el que habrá un poco más de ruido por parte de los antieuropeos (no entiendo por qué los llaman «euroescépticos») y de grupos de recién llegados críticos con las políticas de la Unión. ¿Qué pasará? Nada, absolutamente nada, todo seguirá igual para el ciudadano. Sub sole Nihil novi est.

Estas elecciones, sin embargo, sí que tuvieron importancia a nivel estatal. Francia tiene un problema para neutralizar a una extrema derecha que envía al electorado mensajes más claros y fáciles de entender. Hay que vivir y conocer Francia para darse cuenta de que muchos franceses que no ven con buenos ojos que haya millones de personas que vivan de los subsidios que van coleccionando diversos miembros de la familia; millones de extranjeros, sobre todo, mantenidos por el estado. La extrema derecha francesa ve el filón y difunde su mensaje, «no hay derecho a que nos estén robando este dinero y el trabajo y haya franceses que estén necesitados de ambas cosas», y este cala en el electorado. Y lo mismo en Inglaterra, donde echarle la culpa al que viene de fuera es el deporte nacional. «La culpa de Europa y de esos que vienen aquí».

Este tipo de elecciones sirve para que la gente manifieste su rebeldía y esta vez la cosa fue seria. Basta para confirmarlo analizar el caso de España. En nuestro país, cada uno fue a lo suyo a la hora de utilizar su voto, o de no utilizarlo. Los puntos calientes del nacionalismo aprovecharon para  enseñar su músculo; Cataluña y País Vasco fueron «líderes» en participación y los nacionalistas sonríen satisfechos. No entiendo por qué. Las fuerzas nacionalistas catalanas sacaron 1.400.000 votos (Esquerra, CiU e ICV-EU), el resto, 1.100.000. Pero 2.800.000 personas se inhibieron, es decir se quedaron en su casa y no participaron. ¿De verdad no les entra vértigo a los independentistas ante un posible referéndum? Si se analizan los números del País Vasco, son más o menos iguales.

En el resto de España solo fue a votar el 44% del electorado y el palo se lo llevaron PP y PSOE. En el PP ya se sabe lo que son: el bien común les importa un rábano. Ellos tienen una idea de España parecida a la que tenía la élite social durante el franquismo y se mantienen firmes en el rumbo. El PP lo hace bien para sus intereses y los de la sociedad se la traen floja. Así de sencillo. En el PSOE siguen sin enterarse de que pierden votos por su empecinamiento en no bajarse los pantalones de una vez y dejar que la gente tome el partido y saque a patadas a todos los parásitos generados por el aparato durante todos estos años. Los votos se quedan en la abstención o se van a IU, Podemos y Movimiento Ciudadano, que le dicen a la sociedad cosas que se esperaría dijese el PSOE... en fin, allá ellos.

Nadie habla de la abstención. Bastante más de la mitad de los electores decidieron no participar. Pues bien. Todavía no escuché de ningún partido, ni siquiera al del "huracán Iglesias" una palabra sobre la abstención. Se ve que están todos satisfechos con haber obtenido un escaño que les permitirá vivir estupendamente durante al menos 5 añitos, incluso a los de Podemos que van a donar casi todo a la formación. ¿Por qué desprecian los partidos tanto a la abstención? ¿No se dan cuenta de que tenemos mayoría absoluta? ¿No se dan cuenta de que, en cuanto recibamos mensajes claros en la dirección correcta saldremos de las catacumbas y colocaremos en el poder a quien decidamos? Cómo pueden ser tan estúpidos.

El PSOE, debido a su fracaso electoral, convoca un congreso extraordinario para seguir igual. Mil delegados, más o menos, hijos de una red de lealtades y sin otro mérito para estar ahí, que asentir a todo desde que se iniciaron las juventudes, van a arreglarlo todo. Qué simpleza. El voto del PSOE está en la abstención y, mientras no abran las puertas y ventanas de par en par y den capacidad de participación a cuanto ciudadano quiera hacerlo para renovar el partido, ese voto seguirá ahí. Solo el PSOE tiene la caja fuerte de los votos, pero, como lleva decenas de años sometido a prácticas endogámicas, pues claro, tiene el problema de que está lleno individuos genéticamente incapacitados para hacer los análisis acertados que constituyen la combinación para abrirla. Una lástima.

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