04 marzo, 2012

Madrid, Madrid, Madrid...

Otra vez el PSOE de la capital nos da un ejemplo de lo que no debe ser en política. Tomás Gomez continúa al frente de una agrupación que cosechó un correctivo electoral de los que hacen historia. Debería darle vergüenza a él y a sus correligionarios. Lo que están haciendo es sencillamente resistir a cualquier precio con el único objetivo de seguir comiendo en el pesebre.

No es que me preocupe que en Madrid gane la Sra. Aguirre. Probablemente sea lo mejor para esta comunidad a la vista de lo que hay como alternativa. Pero sí me preocupa que, para el PSOE, desde los tiempos de Tierno Galván no hubo más que un desierto pedregoso, con un único oasis en el camino, Joaquín Leguina, que pronto se secó.

Lo que sí me intranquiliza siempre es que la perpetuación en el poder de cualquier formación la lleva a creer que todo lo que hace es correcto, y gobierna en la autocomplacencia hasta dejar la cosa hecha unos zorros: veáse el caso de Castilla la Mancha, Andalucía o Asturias en el casillero socialista y Valencia y Murcia en el Popular.

En Madrid pasará lo mismo. No se puede ser infinitamente competente, por lo que es de esperar que el PP empiece a gobernar con el estupidiario en la mano, y cuando esto ocurra la opción socialista será ni más ni menos que Tomás Gomez (Dios nos ampare). ¿Es que en el PSOE no se dan cuenta de nada? Nos hacen falta partidos sensatos en la izquierda, en la derecha y en el centro.

Por qué no empiezan (todos) a hacer las cosas bien en su propia casa y a democratizarse un poco, como les obliga La Constitución para, de este modo, hacer entrar de nuevo en política a ciudadanos valiosos en lugar de mantener a pesebreros y lameculos. Este país no merece tanta mediocridad. Madrid gobernada por Esperanza Aguirre con Tomás Gómez como oposición... Panorama aterrador.

1 comentario:

Anónimo dijo...

El Sr. Trias, alcalde de Barcelona, se jactaba éstos días en la televisión estatal de que Madrid debía en facturas a sus proveedores 1.000 millones de euros mientras que ellos tan solo 1.000 euros. Madrid intentó en vano ser sede olímpica para 2012 y 2016, y ahora intenta ser candidata de nuevo para 2020. Barcelona en 1992 fue sede olímpica y en los años previos se acometieron por ese hecho unas obras en infraestructuras muy importantes de las que se hizo cargo, al menos, el Gobierno Central de la época. Si así no hubiese ocurrido hubieran podido darse dos situaciones distintas: la primera que no se hubieran podido acometer esas fastuosas obras por falta de dinero, o llevarlas a efecto endeudándose el ayuntamiento en miles de millones de euros. Madríd, parece ser, necesitaba mejorar sus infraestructuras viarias (M30, M4, M50) y creo que el metro, para cumplir con lo que probablemente el COI le exigiría para ser sede olímpica. El Sr. Gallardón no esperó a que se la concediesen y se embarcó en unas obras faraónicas a cargo de las arcas del ayuntamiento. Lo endeudó de tal manera que no se yo cómo se va a pagar esa deuda. Debió hacer como Barcelona en 1992 y esperar a tener ayudas del Gobierno Central y de otros organismos para llevarlas a cabo y ahora no estaría en tan precaria situación económica. Pero no, prefirió impagar a proveedores y demás deudores en facturas millonarias para darse el gusto de tener un Madrid de lujo. Eso debería tener una respuesta penal, pero en este pais eso no ocurrirá nunca o casi nunca. Otra cuestión que me llama la atención, es el cómo se pudo llegar a acumular tal deuda por Ayuntamientos, Diputaciones, Comunidades Autónomas y Gobierno Central sin que nadie se diese cuenta del despilfarro que se estaba produciendo en todas las instituciones del pais. A una familia que gastase mes tras mes o año tras año, más de lo que ingresase no se le permitiría hacerlo porque las entidades bancarias ya se encargarían de cerrarles el grifo del derroche. Eso da una idea de la calaña de políticos que tenemos, incluidos todos esos cerebros de la economía que deberían haber puesto freno a tanto desmán.
Alberto G. Sierra.
PS: no solo escribe sobre temas muy interesantes, sino que también los aborda de una manera magnífica y haciéndose entender con mucha claridad.