20 agosto, 2012

Fiestas: este país no tiene remedio

Son las 2:00 de la madrugada del lunes 20 de agosto de 2012. A unos cientos de metros de donde vivo una orquesta toca y toca a todo volumen. Nadie duerme, creo yo, porque el ruido es muy fuerte. Los bajos y la batería casi hacen retumbar los edificios... No exagero.

En España hay un 25% de paro, pero un 75% de la población activa tiene que trabajar mañana, día 21. La mayor parte por la mañana, lo que quiere decir que tiene que madrugar. Funcionarios, bomberos, médicos, operarios, conductores de autobús, taxistas, fontaneros y muchos más irán a cumplir con su obligación laboral en condiciones indignas.

Estoy en completo desacuerdo con las fiestas, con la juerga y con toda diversión que impida el buen descanso de los ciudadanos. Siempre dije, desde muy joven que es mayor el derecho de una sola persona a descansar que el de mil a divertirse. ¿Alguien puede imaginarse a un neurocirujano realizando una incisión en el delicado tejido cerebral después de una tortura semejante y habiendo dormido solo un par de horas? ¿De quien es la culpa si se le va la mano y el paciente se muere?

Hay leyes que impiden que estas cosas pasen, pero no se respetan, y si no las hay deben ser creadas. Este tipo de prácticas atentan contra la dignidad humana y dicen mucho de la subcultura reinante en una sociedad. Y puedo jurar que me gusta la fiesta, la alegría, la juerga y todo lo que sea diversión. Pero esto es inaudito. Es sencillamente lamentable y vergonzoso.

Qué en un país se hagan fiestas que impidan dormir a la gente siendo laborable el día siguiente, o se programen partidos de fútbol a las 23:00 de los domingos, o que permite cualquier clase de ruido urbano en las horas nocturnas solo puede ser explicado de dos maneras: o es un país de salvajes, o los políticos que lo rigen son una panda de gilipollas insensibles. Yo me inclino más por esta última.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Si Vd. oye en su casa el sonido emitido por una orquesta situada a varios cientos de metros, algo no funciona con normalidad. Los decibelios a los que se emite ese sonido debe ser enorme, tanto que puede dejar sordo a cualquiera que repita la experiencia muchos días (como los técnico de sonido). Tiene razón en decir que una orquesta en fiestas no puede transgredir la norma general de no emitir ruido (sonido, qué más dá) más allá de la medianoche. Como con cualquier otra actividad. La noche es para descansar, y no solo para los que deseen dormir para acudir a su trabajo, sino también para las personas que están enfermas y desean que la noche sea el sosiego del día. Alberto Sierra