11 noviembre, 2013

PSOE o el miedo a la profundidad

En la conferencia política, recién terminada, del PSOE se abordaron asuntos interesantes para la sociedad. Las propuestas para que el partido intente hacer un estado laico, o socialmente más igualitario, o único, aunque diverso, no deberían sorprender a nadie porque forman parte de lo esperado en una formación socialdemócrata. Lo raro es que estas ideas, ahora rescatadas, con las que se pretende arrancar votos y hacer regresar de la abstención a potenciales electores, no hayan sido tomadas en cuenta en tantos años.

Nadie llegará a comprender nunca por qué ahora sí, se propone dinamitar el acuerdo con El Vaticano, que permite a la Iglesia comportarse en España como la dueña del cortijo, y no se hizo con la primera mayoría absoluta. Nadie llegará a comprenderlo porque es sencillamente incomprensible. Y lo peor es que este objetivo no deja de ser una entelequia: se necesitará mayoría absoluta para abordarlo, cosa harto complicada. Así que se puede aceptar desde la cúpula este deseo de las bases, puesto que es altamente improbable que se produzca la situación requerida. Todos tranquilos.

La religión fuera de las clases es otra declaración de intenciones, pero nada más. Lo mismo que la socialización de los sueldos: el primer ejecutivo no ganará más de 12 veces lo que gane el trabajador de menor salario. Y lo mismo que lo de dificultar el aterrizaje en las empresas de los políticos salientes: la puerta giratoria. Este tipo de cosas, o se abordan desde el principio, o no se va a hacer nunca porque el sistema ya las tiene asimiladas y no se van a encontrar apoyos para hacer las leyes que permitan llevarlas a cabo.

Pero no es nada de lo anterior lo que de verdad importa al elector perdido y hallado en la abstención. Lo que importa es lo que no se hizo, y creo de verdad que por ello esta conferencia habrá servido de poco, a lo sumo de golpe mediático propagandístico. Me refiero al compromiso de hacer una nueva ley electoral y de hacer del representante elegido algo más que una marioneta que aprieta un botón. La disciplina de voto se mantendrá para "dar estabilidad", dicen, y las listas seguirán siendo cerradas, es decir, las hará cualquier cacique mientras se toma unas cañas con algún amigote, eso sí,  serán "desbloqueadas". Todo un avance.

La esencia del problema de los electores perdidos está precisamente en que el votante no sabe ni quién es su representante ni dónde encontrarlo. Un diputado es un tipo sin responsabilidad ante el elector que alguien puso en una lista porque es leal, no porque es competente y capaz. En esta conferencia política se habló de lo que flota en la superficie, pero no se trabajó en lo profundo. Si se quiere que en un puerto entren barcos de gran calado no basta con que el agua sea muy azul y esté muy limpia, es necesario dragar en profundidad, y además hacerlo periódicamente. Si no, es imposible.

Por eso, mucho me temo que lo propuesto no ilusiona al votante y no va a aminorar la abstención por desencanto. El personal ya no se conforma con palabras huecas, quiere propuestas serias... Puede que me equivoque, desde luego, pero no creo.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

El Sr. Rubalcaba es un mentiroso y un cínico compusivo. Desde que el Sr. Glez. Marquez ganó las elecciones en el año 1982, el Sr. Rubalcaba ocupó cargos de poder en los distintos ejecutivos socialistas. ¿Y después de más de treinta años promete como novedoso romper el concordato con el Vaticano?. ¿Por qué no lo hizo antes? Recordemos que hace tan solo tres años -que a mí se me están haciendo eternos- aún era vicepresidente del Gobierno del Sr. Zapatero.
El problema del Sr. Rubalcaba es que es un personaje anacrónico y, para los tiempos que corren, es una rémora para su partido. Mejor haría impulsar unas primarias eximiéndose de participar en ellas, o sino, dejar que el Comite Federal del Partido Socialista elija otro lider para el cargo de Secretario General con el mayor consenso posible. Este nuevo lider(mujer u hombre) debería ser también futuro candidato a Presidente de Gobierno por el PSOE. Y después de treinta años, bien merecida tiene la pensión el Sr. Rubalcaba, ¿no cree Vd, Sr. Arribas? Al menos tendría la decencia de habérsela trabajado, no como el Sr. Zapatero que con tan solo ocho años la consiguió de por vida. A. Sierra.

Unknown dijo...

Deje paso, señor Rubalcaba.

Unknown dijo...

Hay que dar paso, vayase señor Rubalcaba.

Jesús Arribas dijo...

No sé si es cuestión de dejar paso, o no. Lo que es seguro es que resultaría mucho más conveniente hacer política de otra manera, ofrecer al ciudadano cosas diferentes: ley electoral, por ejeompl, que es para mi el gran cuello de botella de la democracia en España.