05 febrero, 2014

Iglesia, aborto: diarrea mental

Un erudito arzobispo, de Zaragoza, creo, se deja decir que un cigoto tiene los mismos derechos que una persona de cuarenta años. Claro, aquí, el filósofo este lo dijo a preguntas de los periodistas sobre el aborto. Estos periodistas es que son tremendos, le preguntan a un cura sobre el aborto porque saben que va a decir cualquier majadería que les va a proporcionar un titular.

Pues nada, habrá que entrar al trapo una vez más para exponer la tremenda diarrea mental que tiene esta gente, los curas, los del Opus, los provida..., que no hacen nada por los derechos de las personas, pero se rasgan las vestiduras por tirar al contenedor a un feto humano en formación, aunque vaya a resultar un monstruo y pueda estar condenado a horribles sufrimientos en el caso de nacer. Es curiosa esta escala de valores basada en que, como su líder, Jesucristo, murió sufriendo, el sufrimiento es bueno. Cómo pueden ser tan sádicos.

A ver si nos aclaramos. Al parecer, dicen, que la "vida" comienza con un cigoto, justo tras una fusión entre las células sexuales masculina y femenina. ¿Es que ellas por separado no son "vida"? ¿No es vida un espermatozoide con su bonita cola batiente o un orondo óvulo con su citoplasma nutricio? Puestos a retorcer las cosas, ¿eh?. Por qué se meten en estos líos. Por qué no se callan o dicen sencillamente que están en desacuerdo con el aborto. Es completamente lícito. No hay necesidad de meter por el medio argumentaciones científicas para justificarse. La Iglesia no está legitimada para hablar científicamente. ¿Galileo... Recuerdan?

Hay mucha gente en contra del aborto. De lo que ya no estoy seguro es de cuánta gente de esta es contraria a su regulación. Me atrevo a suponer que entre los cristianos más ortodoxos hay un buen porcentaje que están a favor de esta regulación. ¿Por qué entonces este empecinamiento de la Iglesia en filosofar sobre que si la vida empieza, o que si los derechos del cigoto. No son más que simplezas. Simplezas en un mundo en el que se puede fecundar in vitro, en un mundo en que se podría incluso clonar. De hecho basta con quitar el núcleo haploide del óvulo e implantar otro diploide de, teóricamente cualquier célula.

¿Tiene los mismos derechos un ser clónico que uno proveniente de dos gametos tras unión carnal? ¿O un cigoto obtenido in vitro? Porque, claro el clon no proviene de un cigoto, pero el óvulo empieza a dividirse y acaba por dar origen a un ser, ¿vivo? ¿Qué dicen estos sabios de la partenogénesis, o sea un clon materno? Se podría, o sería posible, si la tecnología avanza lo suficiente. Implantamos en un óvulo un núcleo completo de su propietaria y tatachín, una niña clavadita a la madre, oiga. ¿Tiene los mismos derechos un individuo obtenido por partenogénesis? Son simples preguntas para intentar curarles esa diarrea mental, seguramente producida por tantos años de santidad y abstinencia, salvo con los niños.

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