10 agosto, 2015

Podemos. Alternativos y alternativas

Todos los análisis de las encuestas de intención de voto coinciden en que Podemos pierde soporte electoral a chorros, y puede ser verdad. Y aunque la realidad es tozuda y demuestra que las encuestas poco tienen que ver con el resultado final de unas elecciones en estos casos de partidos recién incorporados a la escena, qué se dé un empeoramiento de las expectativas es todo un síntoma.

Podemos empezó con una fuerza inusitada por la potencia mediática de sus líderes, en especial de Pablo Iglesias, pero también de Errejón, Monedero u otros, presentes en toda tertulia o reality político. Su imagen alternativa sedujo a muchos alternativos, pero el discurso claro y los mensajes bien estructurados sedujeron también a millones de personas hastiadas de un sistema podrido en manos de personajes siniestros ávidos de poder y, en muchos casos de riqueza.

Los no alternativos, es decir la gente normal, esa que no es activista, ni demasiado extremista, ni tan siquiera comunista ni bolivariana ni marxista. Es decir, la gente que hace que el país se mueva con su trabajo diario, o que está en el paro y tiene preocupaciones mayores, como buscar empleo y tonterías semejantes; gente que sabe poco o nada de polítología. Este grupo electoral también pensó en algún momento en Podemos como opción. ¿Por qué no? Peor ya no les iba a ir: a los que trabajan se les redujo el sueldo y a los que están parados se les ofrecen contratos basura. ¿Por qué no Podemos, entonces? En las sedes de Podemos se respiraba la euforia. Y a partir de aquí empiezan los errores.

La dirección de podemos se olvidó de un precepto fundamental: el elector español es moderado siempre. Solo se radicaliza por momentos, en calentones repentinos. El elector español guillotinaría a los corruptos y a los ladrones, y a los violadores y maltratadores... Pero solo de boquilla y mientras el asunto está en los medios. La indignación del votante español medio es como los fuegos de artificio, que solo producen ruido, al final se impone la moderación. Fue un grave error no haber tenido en cuenta esto a la hora de manejar las actuaciones y los mensajes durante la campaña de las municipales, y lo más importante, en las intervenciones, ya visibles, postelectorales en forma de pactos, primeras decisiones, etc...

Podemos, ahora ya asentado en el poder municipal y autonómico, salvo en algunos casos de personas serias (Manuela Carmena, Echenique, y algunos más) está enviando flashes que aparentan un cierto caos interno. Todo se arregla con someterlo a la opinión de los ciudadanos en consultas a las que nadie acude. La gente normal no tiene ni tiempo ni ganas de responder a preguntas estúpidas sobre si se debe o no pactar con ni se sabe quién. La gente normal quiere que se decida y se actúe. La gente normal quiere ser gobernada, no consultada permanentemente para todo. Esto les encanta a los alternativos, que sienten que todo es más democrático, pero que no saben que Democracia no tiene nada que ver con que se consulten las decisiones. Democracia es otra cosa.

Podemos pierde apoyos a chorros porque dejó de ser alternativa para los no alternativos. Los partidos de «La Casta» empiezan a mover su maquinaria propagandística. Una maquinaria que sería un error por parte de Podemos despreciar. La Casta sabe lo de que el votante medio es simple, vago, y hasta un poco tonto. Parece mentira, pero Podemos parece no ver esta ventana de oportunidad y no reacciona, y eso que está todavía a tiempo. Si no lo hace, poco futuro hay: un partido de segunda o tercera fila que irá autodestruyéndose a la vez que los alternativos se van cortando la coleta y entrando en el grupo de gente de a pie.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Mi enhorabuena, Sr Arribas por este post tan claro y preciso.

Sólo añadir que en PODEMOS, excepto los que lo "idearon" -sus líderes de gestación-, hay un batiburrillo de gente descontenta de otros partidos de los que dudo acuerden algún proyecto de futuro partiendo de conceptos o ideas tan dispares.

Además, los ideólogos de PODEMOS son licenciados en Ciencias Políticas, por lo que asesoran a Gobiernos -como el venezolano del Sr Maduro- y a formaciones políticas en periodo de formación o bisoñas -como Altarnativa Galega de Esquerda del Sr Beiras- a diseñar estrategias en sus campañas electorales para ganarlas. Dicho en roman paladino: son unos profesionales de la estrategia política para adherir voluntades al proyecto que minuciosamente elaboran y ejecutan.

Pero, ¿qué sucederá con el resto de miembros que compondrán las listas electorales? ¿Estarán a la altura de personas tan duchas en el profesorado de la acción política? ¿Estos aclamados y admirados ideólogos -nadie les niega su valía académica- sabrán llevar a la práctica sus ideas de "laboratorio" a la realidad cotidiana de solventar las necesidades de los votantes?

Como en todo, el tiempo será el juez que dictamine si la experiencia denominada PODEMOS alcanzará el gobierno, y de hacerlo, si tomará decisiones acertadas para el bien de las personas más necesitadas -los de a pie-. A. Sierra