
Pero que Fernández Díaz sea un inane, que lo es, no le resta capacidad para dañar. Franco era también un inane. Ambos negros personajes tienen parecidos rasgos. Puedo imaginarme al gallego pidiendo informes de cualquiera desafecto al régimen; igual que el catalán, en su propio despacho, los pide de oponentes políticos, desafectos peligrosos para la unidad santa de España. En su propio despacho. El ministro del Interior, el jefe de la Policía, de la Guardia Civil, grabado en su oficina del ministerio... Es para no parar de reírse en una semana. Es la prueba del nueve de su absoluta incapacidad.
La bajeza de las preguntas, el tono que emplea... Es todo tan surrealista que, si no fuera porque estamos despiertos, podría pensarse que es un sueño. Las grabaciones son vergonzosas. La utilización del aparato del estado para desacreditar a ciudadanos, a políticos, por muy independentistas que sean, es repulsivo. El compadreo de un ministro del Gobierno de España con un cargo del tres al cuarto de la Generalitat para buscar posibles trapos sucios de miembros de partidos catalanistas o de sus familiares es asqueroso y huele a mugre de la peor especie. Huele a ese PP mafioso al que siguen votando de manera ovina siete millones de personas.
El ministro debería dimitir de inmediato avergonzado por su incompetencia. La violación de seguridad del despacho del máximo responsable de la seguridad interna debería hacer saltar por los aires a toda la cúpula de Interior. Cabría esperar que Fernández Díaz se abochornase por lo hecho. Pero, como ya dije al principio, San Jorge es feliz en su sencillez, beatus ille, así que, si alguien espera algo por ahí lo tiene feo. Como lo tiene feo si piensa que Rajoy va a destituir a este santo varón. Rajoy es tan simple como él. Beatus ille.

Surgen algunas preguntas a poco que se piense en este asunto. ¿Quién grabó las conversaciones y con qué fin? Evidentemente esta bomba informativa beneficia a los independentistas. Nada da más votos que ser víctima. Pero, casi automáticamente surge otra pregunta. ¿Por qué no se sacó a la luz esto en diciembre, antes de las anteriores elecciones? Y otra. ¿A quién interesa esto ahora más que antes?
Son cuestiones difíciles de responder, aunque se puede inferir algo. No obstante, sigo con mi mantra: qué pena que este país tuvo la oportunidad de sacar al PP de la Moncloa sin recurrir a los independentistas y no la aprovechó. Los hasta hace unos años nacionalistas fueron y son verdaderas rémoras políticas que están interesados más en lo suyo personal o partidista más que en su nación o autonomía. Que pena, decía, de oportunidad. En fin... Los electores tendrán la opción de dar un veredicto el próximo domingo... Los que vayan.
1 comentario:
Fray fernández, qué cruz
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