13 febrero, 2013

Desubicados

El populismo o los generales. Son las dos opciones que nos deja Dolores de Cospedal, como una amenaza, cuando desaparece la "política con mayúsculas". Según esta doctísima filósofa, la cosa consiste en trabajar por lo que es de todos. Cuando la escuché me dio la impresión de que estaba hablando de la luna; no entendía nada... "lo que es de todos". Qué es lo que es de todos. ¿El dinero que se puso para rescatar las cajas de ahorro? ¿El dinero negro recibido de constructores y empresarios chuscos? ¿Las cuentas en Suiza? ¿...? Qué es lo que es de todos.

La desubicación del gobierno y del PP es manifiesta y grave para un país en crisis profunda como el nuestro. La incompetencia del PP para gobernar España, como para gobernarse a sí mismo es seria. A pesar de gozar de una sólida mayoría absoluta, la incapacidad de sus dirigentes y la falta de liderazgo tanto en el gobierno como en el partido hacen que este vaya a la deriva en aguas revueltas. La ausencia de decisiones contundentes con los corruptos, la sospecha de sobresueldos de altos gerifaltes, incluido el actual presidente del gobierno y las explicaciones, siempre desafortunadas, al respecto les eliminan como partido al mando. Sencillamente han perdido la confianza del electorado.

La acción desesperada de Cospedal aludiendo a las terribles sombras de la dictadura militar denota el miedo interno a perder el poder, ya no solo ejecutivo, sino como partido, que es lo importante. El PP tiene un serio peligro de implosión. Cospedal lo sabe e intenta zafarse de la presión de la sociedad, que les ahoga, para poder sobrevivir. La desconfianza del electorado les quita el aire e intentan desesperadamente tomar algunas bocanadas mediante declaraciones de este tipo.

Se han visto obligados a hacer lo que no querían con las tasas judiciales, con la iniciativa popular contra los desahucios... Dan palos de ciego en economía. Montoro se inventa una amnistía fiscal para favorecer a los ladrones y comisionistas de su propio partido que les hace parecer todavía más mafiosos. Mantienen el salario de Bárcenas hasta hace nada; no despiden al marido de Mato hasta hace cuatro días, antes no se podía, pero ahora se puede; Ana Mato no dimite... El PP es el ejército de Pancho Villa.

Y mientras tanto Rajoy instalado en la cobardía, como de costumbre, deja que todo se resuelva por si solo. Salpicado por la corrupción interna en carne propia, esconde la cabeza en la tierra. Pero olvida que tiene el culo fuera. Un enorme culo que la sociedad pateará con dureza inusitada, no la oposición, tan incapaz como el PP, el pueblo. La sociedad civil está revolucionada. Pide a gritos que se empiece a hacer política; que se realicen los cambios necesarios en el sistema, en los partidos, en las instituciones... Si ahora, los partidos no lo toman en serio y no mandan mensajes claros con un programa de acciones, será su último acto de irresponsabilidad antes de desaparecer en la nada. Así que, PP, PSOE y los demás... ojito. Los españoles ya hemos salido de una dictadura y podemos salir de esta otra en la que nos mantenéis ahora. Queremos democracia, no partitocracia.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Totalmente de acuerdo con su artículo tan bien expresado y sucinto. Se podrá decir con más palabras, con otras frases, con otros contenidos, pero nunca mejor que Vd. lo hizo.
Solo un pequeño apunte que posiblemente no tenga ninguna importancia para Vd. si lee este comentario. El Sr. Rajoy es extremadamente desconfiado, tanto que hasta puede provocar la hilaridad de los periodistas extranjeros cuando le preguntaron por si iba a pedir el rescate. Contestó que sí, que no, que puede, que ya se verá. Al tercer o cuarto intento de sonsacarle lo que iba hacer con lo del rescate contestó lacónicamente: ya dije muy claro lo que tenia que decir. Momento cumbre de la risa general entre los representantes de la prensa extrajera. El Sr. Rajoy como es bien sabido se apoya en las Sras. Cospedal, Mato y Saenz de Santamaría. Esta última tiene el honor de ser la única persona que conoce todas las triquiñuelas que pasan por la mente retorcida del Sr. Rajoy. A. Sierra