21 noviembre, 2021

Hay esperanza, pero poca

 ALGUNAS VECES HAY buenas noticias. O más que noticias apuntes que te llevan a pensar que hay alguna esperanza de que poco a poco lleguemos a un cierto nivel de raciocinio. Ese nivel está en nuestro ADN, no hace falta ser un sabio para tenerlo; cualquier iletrado sabe distinguier en un contexto concreto lo que es bueno y lo que no lo es, así como lo que es verdad y lo que no lo es.

Me llemó la atención que esta semana se empezó a hablar del proyecto de central nuclear que tiene Bill Gates. En seguida saltaron los puristas (tontos útiles) que dudan de que Gates, por el mero hecho de ser un tipo riquísimo, pueda hacer nada bueno para la sociedad. Estos piensan que algo esconde y ese algo le va a hacer ganar muchos millones. Estas personas no se dan cuenta de que el problema del amigo Bill no es ganar dinero sino gastarlo de manera útil. Ojalá todos los grandes magnates tuvieran su cabeza.

El proyecto de centrales nucleares pequeñas, seguras y alimentadas con conbustible no enriquecido, lo que significa que podrían tragar residuos de las tradicionales, empezó Gates a moldearlo hace ya bastantes años. Y este proyecto tiene un problema, o varios: las centrales son pequeñas, no se necesitan grandes obras para su construcción (mal negocio para los intereses de las grandes constructoras); no emiten CO2 (una amenaza para las petroleras y gaseras), y ofrecerían KwH al mercado a presio irrisorio comparado con el actual el precio de la energía (alarma en las eléctricas tradicionales). Por todo ello el imbécil de Trump se lo frenó en seco, y cuando Gates buscó financiación en China, el mismo imbécil se inventó una ley que prohibió relaciones emporesariales con los chinos.

Ahora parece que Biden dio luz verde, y no solo eso, sino que otros proyectos de obtener energía a partir de células nucleares completamente seguras y pequeñas ya están en marcha. Son startups financiadas par gente como Bezos y otros ultramegaricos... Es probable, por tanto, que el modelo de mundo que conocemos hoy inicie un cambio. El modelo capitalista continúa, pero el capitalismo va a tener otro tipo de soporte... Veremos.

Lo segundo que me gustó esta semana es de hoy, de una entrevista en El País a Manuela Carmena. Manuela es una persona a la que admiro por su capacidad de razonar de manera simple y didactica. Dice estár abochornada por lo que vio en política. Para los partidos solo cuenta la mercadotecnia. No hay ideas ni proyectos que se den a conocer a la sociedad, se vota por lo que pueda decir o hacer un líder, como a Ayuso, por ejemplo. Un PP sin proyecto alguno gana por cómo dice las cosas, a menudo falsas, una señora que no tiene mayor idea de lo que quiere hacer.

También dice Carmena que ni todo en la derecha es malo ni todo en la izquierda bueno. Ella es una persona de izquierdas. Pero sabe que en ambos lados hay dogmáticos que dañan a la sociedad. Yo estoy de acuerdo. En definitiva que los partidos tienen unas motivaciones orgánicas que nos están perjudicando a todos. Y son todos los partidos, todos absolutamente.

En fin, que no me extiendo más, que, lo dicho que tanto lo de Gates, como lo de Carmena es tan simple y tan evidente que no hace falta ser un intelectual para poder entenderlo. Hasta un analfabeto sabe que es bueno que alguien piense en una energía limpia y barata que nos facilite a todos la vida y hasta un tonto sabe que no todo en la derecha es malo ni todo en la izquierda bueno y que los partidos llevan muchos años ya haciendo mucho daño a la comunidad.

No es cuestión de ser listo o tonto, solo es cuestión de pensarlo un minuto. Pensar un minuto, que es algo que tenemos muy olvidado.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Excelente comentario, Jesús. Si todos intentásemos razonar, analizar y pensar como tu haces, sin las cortapisas de los dogmatismos, los fanatismos o el servilismo político, el futuro estaría más despejado. En el proyecto del bien común podemos participar todos como ciudadanos libres y tanto la iniciativa privada como el sector público se pueden complementar perfectamente con las regulaciones que sean precisas,
Enhorabuena por este análisis tan lúcido de la realidad.


Javier Gago