07 noviembre, 2021

Qué cansancio

 POLÍTICOS DE TODO  el espectro se reunieron o están reunidos para hablar de nada. Se gastan millones en convocatorias que no resuelven nada ni conducen a nada. La parte económica es puro postureo. Desde los años noventa, en los que Reagan y Thatcher decidieron que la economía debía estar por encima de la política, aquí no se mueve una hoja. Se puede hablar de todo, pero no cambia nada. La élite extractiva, que antes explotaba al resto de la población, se ve tan potente que ha decidido que sus explotados pierdan incluso su dignidad; así, cada día los trabajadores son menos "clase obrera" y se convierten más en "clase esclava". Hay ricos que tienen muchos esclavos a su servicio, y también hay quien, siendo menos ricos, se aprovechan de que aquellos mandan en los políticos que legislan, y se acogen a sus leyes ventajistas. En España lo tenemos bien a la vista con el asunto de la reforma laboral. La ley se cambió para favorecer a los empresarios, porque se estimó, aunque no se explicó, que tocaba; pero ahora que llega el momento favorecer al trabajador, entonces dicen los empresarios que hay que negociar, que los trabajadores tienen que seguir siendo "clase esclava". Nada de devolver la dignidad, si cabe, un poco menos esclavos. Pero nada de salario digno ni sindicatos fuertes ni otras muchas cosas.

También estuvieron reunidos los políticos de altos vuelos para tratar sobre el clima... Yo aquí los mandaría a todos directamente a la mierda. Hace más de treinta años que la ciencia les dice qué hay que hacer y ellos continúan con reuniones absurdas de las que no sale nada sustancial. Por supuesto, todo ciene de que la economía es quien gobierna y a la economía le importa una mierda el clima y el planeta, salvo por el dinero que produce cierta moda y cierto postureo. Pero hay algo que me satisface. Cuando el clima cambie de verdad y un día Nueva York, por ejemplo, se la trague en océano, pues los ricos también se irán al agujero. Siento con esta fantasía gran alivio. Y hablo de fantasía porque casi seguro que no la veré, pero sé que courrirá. Ocurrirá con toda seguridad. Y entretanto, los políticos piden nuestro voto mostrándonos que son más verdes, que reciclan más y que están por las energías alternativas. Ahora bien, son incapaces de acordar que hay que usar menos gas y carbón para producir electricidad, y mucho menos de desligar el precio de esa energía del carísimo gas. Se puede, claro que se puede, pero, como de costumbre hacer lo correcto cuesta. Y es que se está tan bien en la política sin enfrentarse al poder económico, ensanchando vientre y trasero con él y engañando al electorado con baratijas sin meterles mano a los verdaderos problemas.

Es decir, y quiero dejarlo claro. Es cuestión de tiempo que seamos golpeados desgracias derivadas de este engaño masivo al que el mundo entero está siendo sometido. De lo que no me cabe duda es de que llegarán. De hecho ya están aquí. África emigra hacia Europa porque la necesidad acucia, el campo se abandona porque la econobía no está interesada en su cuidado, ni la política, solo es negocio la agricultura y la ganadería estensiva e intensiva; solo la productividad importa. Si la tierra se agota alguien muy poderoso te proveerá de abonos o de semillas resistentes. No importa que se mueran las abejas y que no haya polinización, alquien inventará algo muy caro que al final paguemos entre todos para su enriquecimiento. Y, claro, todo ello con la connivencia de políticos que te pediran el voto diciendo que negociarán con esas empresas que el abono sea ecológico, cuando el problema es en modelo agrícola. Y uno y otro se reirán mientrs saborean un puro y un coñac con su brillante chistera sobre su rodilla. Y miles de electores caerán en sus brazos encantados y ahítos de soma. Y es que Huxley estaba en lo cierto. Ya estamos en el Mundo Feliz.

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