28 enero, 2012

Twitter

Un día abrí una cuenta en esa cosa que no entendía muy bien para qué servía. Personalmente me parece una jilipollez decirle al universo web qué está haciendo uno en cada momento, o qué ve, o que siente.

Sin embargo, cuando vi que movimientos sociales en países bajo represión utilizaban este medio y conseguían hacer reaccionar a las masas contra sus opresores, empecé a encontrar simpático esto de decir frases cortas a través de un móvil o de un PC.

Algo que siempre me dio que pensar es dónde está el negocio de este tipo de empresas. Cómo ganan dinero, porque lo ganan, y mucho, y lo ganan a costa de unos usuarios de un servicio completamente gratuito. No lo entiendo, pero me mosquea.

Estos días empecé a oír que iban a censurar mensajes que pudieran estorbar a las autoridades de cualquier país. La traducción, a mi entender era esta. Y, naturalmente, no pasé por ello. Puse mi último mensaje, mandándoles a la mierda y desactivé mi cuenta. Estoy casi seguro de que censurando ganan más. Seguro que hay pasta por el medio.

Yo no necesito que el mundo sepa si estoy cagando o comiendo en un restaurante, pero sí qué haya libertad de expresión, especialmente para quienes están bajo el zapato de dictaduras. Soy, a lo mejor, algo antiguo, pero creo que hice lo correcto e invito a quien me lea a que haga lo mismo. Así que, por mi, que les den...

1 comentario:

Anónimo dijo...

Completamente de acuerdo.