27 febrero, 2014

Debate estéril sobre el estado de la nación

Durante un par de días hemos asistido al lastimoso espectáculo de cómo, en el parlamento, varios grupos políticos utilizan un debate de este tipo, no para lo que se supone que tiene que ser: discutir y confrontar opiniones para modificar cosas y mejorarlas, sino para lanzar mensajes poco inteligibles a no se sabe quién. Se entiende que en el debate sobre el estado de la nación las cosas tienen que ocurrir de otro modo: el gobierno expone su punto de vista, y la oposición matiza y cuestiona el punto de vista del ejecutivo mediante iniciativas propias; todo ello se discute y, si es necesario, que se vota en el pleno.

El parlamentarismo en España, como la política, ha desaparecido. El Congreso es un circo en el que, como charlatanes, cada uno de los líderes hace su propaganda y canta sus propias loas, o critica públicamente los pecados, o la falta de virtud del vecino. Su único objetivo es ganar notoriedad en sucesivas llamadas a las urnas. Nada sobre la realidad, nada sobre el estado palpable de las cosas; todo a través de la lente de sus propios intereses o ideologías, jugando al despiste de un electorado al que tratan como ganado: lo importante no es hacer que la gente entienda nada sino meter reses en el redil.

Las estrategias estuvieron claras. Rajoy, con su pobre capacidad de comunicación, se dedicó a lanzar un par de ideas sobre impuestos y cotizaciones y a magnificar los resultados obtenidos por su gobierno en el ámbito macroeconómico; Rubalcaba, con su característica afectación, atacó en lo social: se perdieron derechos, se maltrató a la sanidad y a la educación, el aborto...; Rosa Díez y Cayo Lara hablaron para los suyos y para pescar votos a costa de criticar duramente al gobierno por los pobres logros conseguidos con su equivocada política; los nacionalistas, en su guerra; y los ciudadanos, estupefactos ante tal jaula de grillos, no nos enteramos de cómo están las cosas en realidad y qué se va a hacer para mejorarlas.

Por qué se empeñan en hacernos la vida tan difícil y en que nos preguntemos cada día para qué queremos a esos políticos si no nos resuelven nada. Por que no nos ponen las cosas fáciles de entender. Por ejemplo:

RAJOY    Hemos conseguido que los indicadores pasasen de negativo a positivo y que la prima de riesgo volviese a niveles tolerables...

RUBALCABA    Es verdad, pero la tasa de paro y los índices de pobreza indican que la gente lo pasa mal. Además los salarios bajaron y los despidos son menos costosos. Nos hemos convertido en un país que empieza a exportar porque los costes laborales son menores, no porque tengamos mejores productos. Qué planes tiene usted para eso...

RAJOY    No hemos tenido otro remedio que hacer recortes traumáticos para los ciudadanos, ustedes nos habían dejado un país endeudado y roto; los mercados no nos daban dinero...

RUBALCABA    Es verdad que nosotros nos dimos de narices con una crisis y no supimos ver adonde nos llevaba la burbuja inmobiliaria iniciada por Aznar, por cierto, usted también estaba allí. Pero, una vez en este estado, insisto. ¿Tiene usted algún plan para devolver las cosas a un estado soportable para la gente...,?

RAJOY   Nuestra idea es que en un año, cuando se consolide la mejora, articularemos normas para facilitar el crédito, el acceso al mercado laboral de los jóvenes y de mayores de 50 años, y también el fomento del emprendimiento. De hecho hay varios equipos trabajando ya en estas cosas...

...

¿Verdad que resulta inimaginable un diálogo semejante? Un diálogo sensato, sin tintes electoralistas y que todo el mundo podría entender. Claro que el parlamento es un sitio en el que se hacen discursos, pero el sentido de este diálogo puede trasladarse a los discursos. Bueno, pues es por esto por lo que los ciudadanos estamos hartos de los políticos, de su falta de nivel, de su falta de preparación, de su falta de sensibilidad en definitiva.

Pero mucho me temo que nada va a cambiar.

1 comentario:

Bond dijo...

Cada día nos reafirman más en la abstención