
Pero si fuera por eso por lo que tenemos fama de informales, de superficiales, de poco serios, como decía, podría soportarlo. Pero es que donde Europa nos saca la foto fija es en un aspecto mucho más grave: en España se investiga sin independencia, las comisiones de investigación no son independientes, los investigados suelen ser investigadores, jueces y parte, o se politiza el asunto mediante comisiones de investigación en parlamentos nacionales y regionales. Estos comisiones no sirven para nada más que para tener en la prensa unos días el asunto; de ellas cada partido extrae sus conclusiones y descalifica las extraídas por los otros. Da igual de que se trate. Da igual que haya muertos por el medio. Me vienen a la cabeza la comisión de investigación del 11 M, la pantomima del metro de Valencia, y otras muchas.
Estos días cobró importancia la del tren Alvia accidentado en Angrois hace tres años. Dice Europa que lo investigado lo está solo de forma superficial, que las responsabilidades no se establecen y que lo de echar la culpa al maquinista, que se despistó o lo que fuera, que de eso nada monada. Dice Europa que aquí hay responsables de vías, responsables de señalización, de sistemas de seguridad. Se trata de responsabilidad, esa palabra que a la mayor parte de los españoles les da pavor, sobre todo si se dedican a la política. Nótese que los políticos se llaman unos a otros irresponsables constantemente. Cómo pueden ser tan imbéciles.

Pues esto tan tonto, tan evidente, nos lo tuvo que decir Europa. Qué haríamos sin Europa. Casi sería mejor ir en manifestación a Bruselas a pedir que nos gobiernen desde allí. Total, para lo que tenemos en casa. La investigación criticada por Bruselas, por cierto, hace ya meses, fue hecha por Fomento, y como premio, a Ana Pastor la hacen presidenta del Congreso. Sí, definitivamente este es un país poco serio, y sus políticos en grado sumo.
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