11 diciembre, 2012

Desconfianza

Un hombre que se había resbalado y caído por un precipicio, agarrado a una rama, pedía socorro: "¿Hay alguien ahí? ¡Socorro! ¿Hay alguien ahí?". Llevaba tiempo gritando y empezaba a perder toda esperanza, cuando, de repente una voz potente resonó en el entorno: "Sí. Hay alguien. Soy yo, Dios. No te preocupes. Suelta tus manos de la rama y déjate caer. Cuando estés cerca del suelo, dos de mis ángeles te recogerán y te posarán suavemente". El hombre, dudó un momento..., miró arriba y abajo... y, asiéndose mas fuerte a la rama, volvió a gritar: "¿No hay nadie más?"

¿No hay nadie más? me pregunto cada día que me enfrento a la realidad política de España y de su entorno. En este caso me refiero a Italia: Berlusconi va a pedir el voto a los italianos para salvarlos, y apuesto a que consigue la confianza del pueblo ciego. Berlusconi asume el papel de Dios, como Rajoy, que hace "lo que es mejor para el interés de todos los españoles"... Lo único en que el nuestro es mejor que el italiano es en lo de la discreción: no hace payasadas en público ni actuaciones vergonzantes ni comentarios obscenos y de mal gusto. Pero, por lo demás, como el otro, es un auténtico peligro.

Berlusconi no es un líder, es un listo que se aprovecha de la inoperancia de los partidos políticos, ocupados de sus problemas internos, para medrar y hacerse con el poder, y en su caso para evitar ir a la cárcel. Pero nada más. El éxito empresarial de este hombre le proporciona la autoestima necesaria para atreverse con todo. Solo que un estado, por mucho que se empeñen algunos, no es una empresa. Un estado se lleva más bien como un hogar, o así debe ser, porque es la casa común de todos los ciudadanos.

Los partidos, sus aparatos, se inventan cualquier cosa para justificar sus actuaciones. Sus gigantescas masturbaciones mecanicistas acerca de la estructura del estado y la suya propia nos alcanzan a todos. Piden nuestro voto y nos involucran en asuntos abstractos y subjetivos para que nos decantemos por unos o por otros, pero no nos explican nunca la realidad. Conseguir el poder mediante nuestro sufragio es el objetivo, aunque este sufragio haya sido conseguido mediante cualquier argucia.

Berlusconi vuelve; Rajoy gobierna en España,; Gallardón revienta el mundo judicial, los jueces se manifiestan; Wert incendia la educación, los rectores en bloque se echan las manos a la cabeza; y Ana Mato es ministra (increíble). En el otro lado Rubalcaba está mudo en el seno de un PSOE avergonzado; mudo, porque sino le espetan aquello de que "por qué no lo hicisteis cuando pudisteis". IU y UPy D intentan pescar en el río revuelto de los votantes defraudados. Vamos, un auténtico edén.

Y este enjambre es el que nos pide que soltemos las manos y nos dejemos caer al vacío... ¿NO HAY NADIE MAS?

3 comentarios:

Luis dijo...

Hay quienes dicen que esto tiene arreglo. Yo creo que no.

O por lo menos, que no tiene arreglo con los que tenemos por ahí. ¿No hay nadie más? como bien dices tú.

Pues sí, vuelve Berlusconi y ganará a no ser que le veten desde la UE, porque ya le han votado varias veces y todos sabían lo que hacía. Igual lo llaman resignación porque con los que hay, esto no tiene arreglo.

Jesús Arribas dijo...

La parte más negra de las democracias es la capacidad de las organizaciones y de los poderosos de manipular a las masas en su favor. Berlusconi es populista y tiene altavoces para hacer llegar mensajes a todas partes. Lo justo para incendiar al electorado y que las masas lo voten.

Tengo serias dudas de la legitimidad de unas elecciones manipuladas intencionadamente, como, con toda seguridad lo va a hacer.

El PP lo intentó en España tratando de poner a ETA en el foco del 11 M y le salió mal. Pero a Zapatero, falseando datos sobre la crisis, y amenazando con que si venía la derecha sería terrible, le salió bien... Claro que luego lo pagó.

Pero Berlusconi va a ser distinto, va a entrar a saco porque no le importa nada. El amigo Silvio no es demócrata, es una especie de Mussolini camuflado en el sistema.

Anónimo dijo...

Muy cierto: el Sr. Berlusconi no es trigo limpio. Los partidos políticos solo se preocuapan de sus prebendas y no de los ciudadanos que dicen representar. No es de extrañar que la desconfianza y la apatía estén instaladas en las personas de este pais. Además, España parece estar de saldo. Cualquier autoridad foránea parece mandar más sobre los españoles que su propio gobierno, obligando a restricciones financieras, económicas, sociales que en algún momento nos puede llevar al estallido social cuando las personas que no tengan ya nada que perder les de lo mismo cualquier acción, incluso las asociadas a intensa violencia. El Sr. Rajoy no transmite confianza sino desmoralización generalizada. No se a dónde nos conducirá tanto parado y tan pocos visos de solución, pero no parece que a nada bueno. Espero estar equivocado, pero me temo que no. A. Sierra.