04 enero, 2013

Política: pollo sin cabeza

La política es una actividad que consiste en tomar decisiones y ejecutar las acciones planificadas para conseguir los objetivos del grupo. En democracia, el grupo delega esta actividad a un cierto número de personas. Durante un periodo (campaña electoral), quienes quieran representar al grupo, exponen públicamente sus planes. Después, se vota.  Los elegidos se organizan y trabajan en lo necesario para que los planes se ejecuten e informan al electorado de los progresos obtenidos.

Bonito, ¿no? Y fácil en apariencia. Sin embargo, ¿por qué la política está tan alejada de lo que se supone que tiene que ser? Eso es algo que la sociología tendrá que explicar, pero, mucho me temo que le va a llevar mucho tiempo. La política perdió el norte, como un pollo sin cabeza: se mueve de un lado a otro a todo correr pero no va a ninguna parte porque le falta el elemento de control central. La política debería ser el cerebro colectivo, pero no es así. Alguien descerebró a la política.

La verdad es que, en España, la cosecha de buenos políticos en los últimos veinte años es escasa. Las personas más valiosas fueron huyendo, y su sitio lo ocupó gente menos capaz. Esta gente, sin nada que ofrecer, fuera de una fidelidad sin límites a su madre nutricia (el partido), carece de principios axiomáticos. No entienden que, más allá de las ideologías, más allá del partido, lo esencial es alcanzar los objetivos del grupo, y sobre todo uno: el bienestar general. Eso es política.

La población cae en el desánimo cuando escucha las estupideces que le dicen sus representantes. Estupideces que dejan entrever su despiste total . Cualquier persona sabe que la falta de actividad es el problema general más importante a resolver en España. Cualquier persona ve que constantemente se pone el foco sobre cosas que no son un problema acuciante (el modelo de estado, o cualquier otro) para que no se hable de lo realmente importante: crear actividad. Esto es, sin duda, señal de desorientación general de los políticos.

Ni el anterior gobierno, ni el actual, que ya lleva un año, nos han dicho una sola palabra de cuales eran sus planes para resolver el gran asunto. Sin actividad no hay sostenimiento posible del estado. Así que del bienestar, ni se habla. Sencillamente no hay planes. ¿El déficit? Sí, claro que es importante pero si no crece la actividad, nunca se resolverá lo del déficit. Lo que queremos es que se nos diga qué se va a hacer para incrementar la actividad, o al menos cuales son los planes.

Claro está que el gobierno puede decir: "no sé", pero queda mal. Por contra se dice que la reforma laboral resolverá las cosas. Yo quisiera creerlo, de verdad, pero es que no lo entiendo. No entiendo qué tiene que ver la legislación laboral con la actividad. Actividad es producir bienes y servicios para consumo propio y ajeno, así de sencillo. Lo demás son estupideces que salen de la boca de estos personajes que tenemos en el poder y en la oposición. La política no resolverá el problema de la actividad en España; ni tan siquiera ayudará a ello porque la clase política, ni sabe hacerlo ni le interesa. su objetivo único es su propio bienestar, no el del grupo.

El descenso del paro en diciembre es una alegría, pero también un espejismo, porque nada cambia si no se hace algo, y aquí no se ha hecho nada. El único dato positivo de los últimos meses es que nuestras exportaciones aumentaron. Este aumento no fue obra de ninguna acción desde la política; fue el fruto del esfuerzo emprendedor de algunos empresarios, que se dan cuenta de que hay que buscar otros mercados. Aquí el problema real lo tenemos en los políticos, que no saben qué hacer para que las cosas cambien. Muchos empresarios, los menos garrulos, tienen bastante mérito: no hay crédito disponible y siguen luchando y abriendo mercado, es decir crean actividad.

¿Hay por ahí algún político que tenga la más ligera idea de qué POLÍTICAS hacer para que este país levante la cabeza y empiece a moverse? Me temo que no.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

La crisis económica ha puesto de manifiesto que los denominados mercados financieros son los que realmente indican el camino a seguir a los políticos y no al revés. Todo parece indicar que habrá creación de empleo a medio plazo pero con pérdida de derechos laborales obvios. Se trabajará más por menos dinero. Los recortes en sanidad, educación, justicia y recursos sociales para los más desvalidos será otra parte más de la meta a conseguir. Es el nuevo capitalismo que impondrán esos monstruos especuladores de las finanzas. Los políticos, me temo, que poco o nada tendrán que decir. A. Sierra

Luis dijo...

Así es, Jesús, ser político es pensar en el bien común, en la sociedad en su conjunto. Pensar en hacer que luzca y hacerla avanzar, como tú dices. Por eso me enerva pensar en aquellos que dicen que no hay margen de maniobra o que dan palos de ciego. Ese no es el ejemplo que yo quiero.

Indudablemente, yo lo comentaba con mi familia el otro día, que hace años había unos políticos de quitarte el sombrero. Y no es que estuvieran mejor formados o tuvieran más experiencia; yo creo que habían pisado la calle a diario. Y esto es muy importante.

P.D: Ahora el FMI dice que esto de la austeridad no ha ido como ellos querían. Ya es un paso. ¿Cambiarán? Esperemos. Pero creo que tendremos que esperar a que se lo piensen y repiensen.