19 enero, 2014

La legitimidad política

Que la política está en crisis en prácticamente todo el mundo es un hecho innegable. El distanciamiento de los pueblos, de la gente, con sus representantes es cada día mayor. El interés de los electores por manifestarse en las urnas decrece a pasos agigantados al mismo tiempo que disminuye la legitimidad del mandato popular. La gente se abstiene, nos abstenemos, porque no vemos ninguna razón para votar, es más, puede resultarnos hasta perjudicial. El incumplimiento de promesas electorales, la corrupción, los intereses partidistas, la mediocridad de las personas, o directamente que no se cree en el sistema según está montado hace que los electores se retraigan.

Veamos un caso actual. Egipto es un país musulmán, por tanto difícil. El Islam embebe el tejido social hasta hacer prácticamente imposible el surgimiento de una sociedad civil fuerte. Después del derrocamiento de Mubarak hay una convocatoria de elecciones y Morsi gana en la segunda vuelta. Los egipcios tenían por fin un presidente electo. El único problema era que la participación había sido de 43%, lo que le daba el poder a los Hermanos Musulmanes con el 22% de los votos posibles. ¿Era de verdad Morsi un presidente legitimado?

Una ver establecido el poder de un partido islamista, este se afana en presentar al pueblo una nueva constitución. La hacen y la someten a referéndum. Resultado: una participación ridícula, 35%, aproximadamente, y una aprobación por un margen pequeño, menos de un 60% según algunas fuentes. O sea Egipto iniciaba su periodo "democrático" con una ley básica aprobada por poco más del 20% del electorado... Poco después Morsi es derrocado por los militares. Un golpe militar siempre es rechazable, pero ni el presidente ni la constitución tenían el apoyo real de la sociedad, como tampoco lo tienen los militares.

El nuevo poder egipcio, rápidamente, prepara una nueva constitución y la somete a referéndum ayer. El gobierno se felicita por los resultados: el texto fue aprobado por el 98% de los votos... El único problema fue que solo fue a votar el 38 % de los que tenían derecho a hacerlo. La actual constitución egipcia un poco menos ilegítima que la anterior, pero carece de la más mínima legitimidad al haber sido aprobada tan solo por un 40% del electorado. En Egipto la cuestión a dilucidar es: ¿Quiénes son los votantes retraídos y cómo llevarlos a participar? La respuesta es difícil, sin duda.

En España, la abstención es la opción mayoritaria de la gente con derecho a voto. La abstención no hace campaña electoral, sin embargo crece y crece, la primera prueba la tendremos en las europeas que vienen. La abstención no viene del desinterés, sino de la desconfianza y de la decepción con los partidos, con los líderes, con las promesas incumplidas, con la despreocupación por el pueblo... A veces me pregunto qué pasaría en un país en que cuando se convoca a elecciones, al cierre las urnas están vacías. Creo sinceramente que es la única forma de conseguir pacíficamente que algo cambie.


1 comentario:

Bond dijo...

La abstención no necesita facer campaña electoral, ya se la hacen los partidos-mafia, y de qué manera