28 enero, 2014

Los lechuguinos

Los lechuguinos empiezan a llevar tortazos. El revolcón de la justicia a la privatización sanitaria en Madrid es una bofetada sonora, una de esas que les hace falta a este tipo de personajes: una buena morrada para que dejen de pasarse de listos. Guemes, Lasquetty, Ignacio González por extensión intentaron activar, ahora con la sanidad, otra estafa a la población. Como se acabó el ladrillo, algo hay que hacer para saciar el hambre de dinero fácil, comisiones e influencia de tanto listo. Pero esta vez la Sociedad Civil dijo: hasta aquí.

El aspecto de los lechuguinos es siempre el mismo, y en el PP, donde más abundan, son casi una fotocopia: poquita cosa, cara de no romper un plato, cuello de camisa recogido y nudo de corbata prominente, y una manera de hablar entre castiza y maleducada, como si el mundo entero estuviese por debajo de ellos. Es así desde Aznar, solo que este tenía bigote, o lo que fuera, y en lugar de cara de no romper un plato, la tenía, la tiene, de amargado. No hablo en broma son fotocopias en lo esencial: Aznar, Montoro, González, Guemes, Hernando, Gallardón, Camps, Fabra, Alonso... Iguales casi en lo físico e iguales en la mala educación, especialmente en esto.

Lo peor de los lechuguinos es que, como ese alumno empollón insolidario, solo trabajan en provecho propio. Guemes primero intentó procurarse un puesto cómodo, y de mucha pasta, en una empresa de servicios a la sanidad, y Lasquetty ahora, imagino que estaría intentando algo parecido. Pero se le torció. Se ve obligado a dimitir... Bueno, no importa, el partido siempre tiene huecos en las listas para los lechuguinos. Tienen imagen y cara, una cara dura como el cemento. No le va a ir mal a ninguno.

Llamar lechuguino no es insultar a nadie, solo es remarcar una característica. El diccionario habla de un lechuguino como hombre joven que se compone mucho, así que no es insultar, que quede claro. Solamente es destacar el aspecto de muchos chicos del PP de ahora y de antes. Lo curioso de estos muchachos es que todos tienen una marcada inclinación a estafar a sus conciudadanos mediante la articulación de leyes que les favorecen a ellos y a sus amiguitos. Véase la que lió el amigo Camps en Valencia. A ver como salen aquí los experimentos sanitarios, aquí hay mucha sanidad privatizada. A ver cómo paga una comunidad arruinada por la gestión de los lechuguinos.

El PP es un partido de derechas, es innegable, pero debería deshacerse de esta mercancía. Los lechuguinos tienen secuestrada a una formación necesaria para el equilibrio político en España. No necesitamos para nada a lechuguinos ni lechuguinas. De acuerdo que en el PP hay muchos, pero en el PSOE hay unos cuantos y cuantas, y hasta en IU pueden encontrarse. Lo que necesitamos son políticos serios que salgan de la voluntad popular y que se presenten a las elecciones por voluntad propia, no por aparecer de milagro en una lista... Como dijo Bono en una entrevista hace unos días: esta ley electoral es la causa de demasiados problemas y habría que derogarla. Oír para creer, Bono.

1 comentario:

Bond dijo...

Bono ye un gran aficionao a decir coses con aparente sentido, pero siempre en momentos que no le puedan perjudicar elctoralmente