04 octubre, 2013

Lampedusa: ¿Podemos hacer algo?

Me hago la pregunta como ciudadano, sin tener en cuenta que tenemos personas a quienes se les delegó la representatividad y el poder. Ya se sabe que estos no van a hacer nada más que bla, bla, bla... ¿Podemos hacer algo los electores, dado que nuestros representantes no dan un palo al agua? Yo creo que sí, que poco, pero algo sí.

Lo primero de todo es cambiar nuestra actitud hacia el inmigrante. Es sencillo, si no se es un imbécil integral, o un xenófobo, que viene a ser lo mismo. El método consiste en pensar en cómo a uno le gustaría ser recibido si tuviese que irse a otro país por cualquier causa. Más aún, cómo le gustaría ser tratado si tiene que huir empujado por el hambre o por la guerra. El instinto de conservación y la lucha por la supervivencia la llevamos en la genética. Mientras el mundo sea como es, no hay quien pare el flujo de personas de lugares donde hay hambre y muerte hacia otros donde hay paz y comida.

Otra cosa que se puede hacer es aumentar la presión social hacia los gobiernos. Si a los partidos políticos les llega el mensaje, alto y claro, de los electores de que no votarán en ningún caso a quien en el programa electoral no exponga sus planes para los inmigrantes, especialmente para este tipo de gente, mitad inmigrantes, mitad refugiados, con toda seguridad que se comprometen, aunque sea un poco. Lo que, desde luego ni se les ocurriría sería hacer una ley que prohibe explícitamente ayudar a llegar a tierra a los barcos cargados con esta pobre gente. La ley, en vigor en Italia para su vergüenza, es responsabilidad de Berlusconi y de los xenófobos de la liga norte. Si los italianos fuesen como deberían de ser, los votos a esta gente caerían en picado. Maldito sea y sobre su conciencia pesen para siempre estas muertes de inocentes.

Uno oye hablar a líderes políticos y religiosos hablar. Los políticos italianos, que es un problema de la unión europea; los parlamentarios europeos, que ellos ya lo dijeron y que se pidió que se liberaran fondos para estas cosas; el Papa, que si es una vergüenza. Pues claro que es una vergüenza, Santidad, no hace falta ser papa para verlo. Usted, desde su alto asiento, debería decir algo más contundente y presionar con fuerza. Por ejemplo: pida que ningún católico de su voto a ningún partido que no propugne la solidaridad con los pueblos que sufren y con la gente que llega a nuestros países a refugiarse. Lo que es una vergüenza es que usted tan solo diga que es una vergüenza.

Un solo detalle más. ¿Es que ya no rigen las leyes del mar? ¿Hasta tal punto los marinos han perdido el norte? Yo siempre había creído que estas normas estaban por encima de toda ley en todo país por ser de auxilio al que está en problemas (hoy por ti, mañana por mi). Espero equivocarme en este último párrafo.


1 comentario:

Bond dijo...

¿Pedir S.S. que no se dé el voto a la gente de bien, de orden?, ¿para que luego ganen "los otros", los peligrosos izquierdistas?